El año pasado me propuse, muy gustosamente, cuidar y seguir, como si de Twitter se tratara, a un puñado de amigos y familia que por el mismo ritmo de vida, horarios, etc. dejas de ver y saber de ellos. Y no me refiero a todas aquellas personas que conozco, sino a las que más cerca siempre he tenido y sentido y me ha encantado tener. Aquellas que quiero que sigan a mi lado los próximos mil años que me quedan.
Me di cuenta que a algunas de estas personas, con el paso de las semanas y el mismo ritmo, se pierden cosas importantes de mi vida y yo de la suya. Cosas, historias que hubiera querido explicarles y no hice por no tenerlos cerca.
Pues bien ese fue MI propósito. Y puedo decir que lo he ido cumpliendo, con sus más y sus menos. Por supuesto, no es cosa de un año, sino de SIEMPRE. Y ahí sigo en mi cabezonería de seguir cumpliéndolo.
Conseguí dos cosas al plantearme esta cuestión: por un lado, los que quieres cerca los sientes así, cerca. Por otro lado, dejé de hacer gestos y de ‘cumplir’ con los demás. Me centré en mi top ten de personas importantes para mi. El resto han pasado al montón, sin ser algo negativo. Simplemente, prioricé. Y en ello pienso continuar.
En estas fechas de tantas reflexiones que muchas veces se quedan en eso, reflexiones, es bueno proponerse materializar alguno de esos propósitos.
BON NADAL!