No te abandones.
Hace un par de días me cruce con un viejo amigo que hacia muchísimo que no veía. Me quedé muy sorprendida de cómo la vida le ‘ha tratado’. Le encontré desmejorado, muy desaliñado. Desprendía una áurea de desencanto por todo, de pocas ganas para nada, de muchas horas echado en un sofá fumando y dejando pasar las horas. Me entristeció verle tan abandonado. Tuvimos una conversación banal, con sus tópicos y típicos temas de estas épocas navideñas. Nos despedimos . Nos alejamos. Nos perdimos de vista. Me queda la sensación gris, pesada, y hasta diría agria, de haberle visto. Aun ahora, un par de días después, cuando le recuerdo, me sobreviene negatividad y pesimismo demasiado viciado para salir de él después de una noche de reflexión. Y de este encuentro se generó una conversación. El gran debate giraba en torno a la idea de si, genéticamente, los humanos éramos capaces de mejorar, de aportar calidad a nuestros genes, con simples cambios diarios en nuestras rutinas. De si las generaciones futuras podrían estar dotadas mejor por habernos cuidado más en la actualidad, tanto física como psicológicamente:
- mejorando la alimentación,
- procurando una visión positiva de las cosas que nos pasan,
- desarrollando actitudes que generen pro-actividad y exigencia personal,
- sociabilizandonos,
- haciendo deporte y, de este modo, reduciendo el sedentarismo,
- dando peso a tu YO emocional y mimarlo,
- etc.
En conclusión, llegar a una realización personal, la ambiciosa misión que no debemos obviar ni subestimar.
En mi opinión, creo que tenemos una responsabilidad para los que vendrán. Pero si eso no es un motivo suficiente para sensibilizarte sobre ello. Hazlo por ti y tu bienestar personal. Esto siempre funciona.
¡No te abandones! ¡Exígete retos diarios que te activen y te hagan sentir bien. No dejes de levantarte pronto y desayunar sano. Arréglate simplemente para ti. Habla de las cosas que te pasan. A los demás también les pasa. No te rindas. ¡Muévete!
Cuánta razón. Y no es fácil — siempre hay algún momento en la vida en el que estamos menos motivados y esa dejadez lo tiene más fácil para ‘ocuparnos’.
Estoy de acuerdo en que hay que ‘llenar’ la vida con esas ideas/propósitos, pero más importante aún es ser consciente de lo mucho que tenemos y de lo positivo que nos queda por vivir. El poder de la mente…
¡Croac!