Mis valores. Creo y vivo de ellos
Los valores. Conocemos muchos de ellos. Y, aunque así sea, seguramente nos hemos parado poco a pensar cuáles consideramos que son nuestros valores. Y si, además, vivimos acorde a ellos.
La salud, la familia, el respeto, la sinceridad, la equidad, el logro, la humildad, la gratitud, la exigencia, la cooperación, la justicia,… Podría llenar folios y folios de valores. Son personales, valiosos y justifican muchas de las decisiones importantes que hemos tomado en la vida, pues recurrimos a ellos más a menudo de lo que somos conscientes.
Si bien es verdad que hay valores que han ido variando de generación en generación, hay otros que han permanecido con los años. Han sobrevivido a los cambios de la humanidad y nos han acompañado siempre. El cuidado de nuestro entorno es un claro ejemplo de valor nacido del cambio, valor que nuestros abuelos no se plantearon al nivel que hoy en día lo hacemos. En cambio la amistad, el respeto, la familia, la honestidad, el trabajo,…han sido y son valores de peso.
Vivir acorde a ellos es ardua tarea, pero primordial para sentir equilibrio, armonía, coherencia entre lo que pensamos y lo que hacemos. En definitiva, nos sentimos fuertes y bien cuando, en base a ellos, actuamos.
Y debemos ser críticos y sinceros con nosotros mismos cuando no cumplimos con ellos.
Para ello hay que saber identificarlos. Algunos los tenemos más presentes que otros. Es por ello, que la ayuda de un coach puede facilitarnos esta labor, complementando y enriqueciendo nuestra lista de valores.
Os recomiendo que os sentéis 10 minutos con un folio en blanco e intentéis escribir, al menos, 20 valores en los que creéis. De esos 20, seleccionar 3. No os será fácil, pero os ayudará a saber si los tenéis claros y, además, si vivís en consonancia a ellos.
¡¡Ya me explicaréis el resultado!!
¿Podemos considerar ‘creencias’ como ‘valores’? Imagino que eso daría para otro artículo. ¿Qué los diferencia?
Más aún, tener una creencia de ‘querer ser’ ¿es un valor? ¿Y la lucha por alcanzarlo? Porque somos imperfectos… y todo ‘valor’ en su máxima esencia, nunca se tiene… sino que se aspira.
¡Croac!
Los valores los vives, las creencias son ideas concebidas a partir de la experiencia, de valoraciones de terceras personas que te han influenciado a lo largo de los años. Las creencias pueden obstaculizar que tu consigas un objetivo o, por el contrario, pueden potenciarte. El hecho de vivir en desacuerdo con tus valores provoca falta de convicción en tus ideas y criterios, incomodidad en tu día a día y te priva de ver con más claridad tus aspiraciones ya sea a nivel personal, profesional, espiritual, etc.