La humildad como motor del conocimiento
La virtud de la humildad es uno de los motores que mueve el conocimiento. Y lo considero así porqué reconocer que no sabes de algo te abre la mente y los sentidos a escuchar nuevas opiniones, explicaciones, puntos de vista. Te sitúa en un espacio de ‘ignorancia’ que representa un enriquecimiento de lo ya sabido o vivido.
La necesidad de ser geniales y tener el reconocimiento social es buscado por todos de alguna manera u otra. Las cosas las hacemos para conseguir un fin, entre otros, que se nos reconozca buenos en ello. Por supuesto no siempre, pero en un gran número de ocasiones. Es una cuestión de autoestima. Querer demostrar nuestra valía. ‘Quedar mejor’ que los demás con la exposición de nuestros amplios conocimientos y demostrar nuestra adquirida práctica.
Reconocer que de todo no sabemos es el primer paso para permitirnos escuchar a los demás y aprender, seguir descubriendo nuevas opciones, diferentes puntos de vista. Enriquecernos al fin y al cabo.
A menudo me digo a mi misma que lo que ya sé nadie me lo arrebatará. Lo que me aportan los demás depende únicamente de mi y de mi humildad al escuchar.
Pensad en la actitud que adopta un niño cuando pregunta a los mayores. La humildad con la que escucha sobre un tema nuevo para él. ¡Esa es la actitud!
Párate a valorarlo. Ganas más, pierdes menos.
Gracias Marta por escribir de la importancia de la humilidad. Creo que todos nosotros necesitamos un recordatorio en vez en cuando de lo bueno de ser humilde.
perdón Maria.
¡Gracias por tu feedback Rhiannon!
Aunque creo que la humildad va mucho más allá que la actitud que tomamos ante los demás sobre lo que sabemos o lo que no sabemos… estoy muy de acuerdo con lo que dices. Cuando te paras a mirar a las personas, pero pararte de verdad, te das cuenta de que siempre puedes obtener aprendizajes de ellos, y muchos de esos aprendizajes ni siquiera saben que te los están aportando.
En mi trabajo me toca dirigir a un grupo fantástico de personas, de las que cada día aprendo cosas, y en cada ocasión que se presenta les dejo constancia de lo importante que es que me sigan enseñando. Suelen sorprenderse de que les diga esto, incluso alguno se sonroja, será que están acostumbrados a otra cosa, pero es muy gratificante ver lo orgullosos que se sienten de aportar. Son realmente humildes, o al menos en estas situaciones lo parecen.