¿Eres el eterno insatisfecho?
La eterna insatisfacción. La incapacidad para sentirnos satisfechos con lo que somos, con lo que hemos logrado. Siempre pensando en más, en mejor, en qué será lo próximo. Siempre con la sensación de que lo conseguido no es suficiente. Que hay que procurarse constantemente metas, objetivos, pasos a dar, caminos a seguir para volver a sentir la emoción efímera de felicidad. Efímera por no permitirnos el gran lujo de disfrutar precisamente de eso. De los logros. Esa es, para mi, la eterna insatisfacción que nos hace un poco, o un mucho, infelices. Dejamos la felicidad relegada a los demás. Creemos en la felicidad de los otros antes que en la nuestra.Confundimos esa satisfacción o placer temporal con la felicidad. Por ello vivimos enganchados al logro y nos volvemos adictos a las emociones efímeras.
Sé más permeable con lo que te rodea. El ‘ahora’, el ‘aquí’, lo que eres, lo que has conseguido, las personas, el trabajo, los hobbies, las experiencias. Todo es motivo de felicidad. Todo. O nada. Es una cuestión personal. Puedes ser el eterno insatisfecho si así te place. ¡Es un estado mental!
Sé agradecido contigo y con los demás.
Positiviza. Es un cambio de paradigma muy saludable.
Apuesta por el crecimiento personal y profesional.
Utiliza palabras agradables para hablar de ti.
Medita un rato cada día. Permítete unos minutos de silencio para poder escucharte y conseguir relajar el alma.
Siente, huele, saborea.
Ríete de ti mismo.
No te enojes por simplezas. Relativiza las situaciones.
Haz cosas que sabes que te harán sentir bien. Mímate.
Os recomiendo la película ‘El Guerrero Pacífico’. Os adjunto unos minutos para abrir boca.
Lecturas recomendadas:
‘El arte de la felicidad’ Dalái Lama y Howard C. Cutler (Debolsillo, 2010)
‘El Poder del Ahora’ Eckhart Tolle, 2000
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