La curiosidad. El Ser curioso. La persona curiosa. Cuando sientes curiosidad por saber más sobre algo o alguien, tu paso posterior y, creo, natural, es el de indagar, preguntar, observar, y con ello asimilar, corroborar, añadir información a la ya adquirida y, por lo tanto, modificar conocimientos, completar ideas, destruir otras, aprender, descubrir, deducir. Implica saber qué preguntar. Implica probar y errar. Implica errar y acertar. Implica avanzar.

En  definitiva, una actitud sana e inteligente. Actitud que es inversamente proporcional a la edad. Los niños sienten curiosidad por todo porqué en la mayoría de las ocasiones no saben de ello y tienden a preguntar. Los adultos creemos saber de todo y pensamos que si de algo no sabemos o no opinamos es signo de ignorancia y debilidad. Poco inteligente por nuestra parte. No sabemos de todo, de hecho, sabemos muy pocas cosas pero tenemos la licencia de opinar de todo. Es buenísimo escuchar más, preguntar más, hablar menos. No necesitamos demostrar nada, aunque muchas veces creamos que sí.

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Definirse como curioso es afirmar que de los demás necesito y que ellos me enriquecen. Es vivir en un constante estado de aprendizaje y reorganización de conocimientos. Es saberse ignorante en todo. Y aunque, en ciertos casos, es una connotación negativa por la intromisión en espacios, temas y/o asuntos que no son de tu incumbencia, yo quiero ensalzar la curiosidad como una sana manera de aprender y enriquecerse uno mismo.

Cuando he buscado la definición de ‘curiosidad’ en la RAE, me he encontrado con la siguiente:

a) Deseo de saber o averiguar lo que “no me concierne”

b) Un “vicio” que me lleva a inquirir lo que “no debiera importarme”.

La verdad es que pensaba que la curiosidad es la que me ha llevado a consultar en el diccionario los diferentes significados.

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 ¡¡Sed curiosos!!

Los mayores somos los máximos responsables de educar a los más jóvenes. Pero debemos elegir bien la forma de hacerlo. Hay vias atractivas y positivas de transmitir la enseñanza de manera que les ilusione y les motive a conocer más, a ser más críticos y más sanos emocionalmente. Por ello creo que nos debemos proclamar  GESTORES DEL TALENTO.

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¿Y cómo conseguir llevar a cabo una mejor gestión de estos pequeños talentos? A mi parecer, hay claves que puede ayudar a manejarlo. No son las únicas pero es un comienzo. Os presento alguna de ellas.

  1. Dar protagonismo al alumno para que pueda valorar opciones y escoger la más adecuada, haciéndose responsable de sus decisiones y las consecuencias que de ellas se derivan.
  2. Ayudarles a expresar los sentimientos. En ningún caso quiere decir que debamos  avanzarnos y poner nombre a lo que les pasa a ellos. Deben ser ellos los que pongan nombre a lo que sienten. Esperar a que lo verbalicen.
  3. Que tomen conciencia de las capacidades de las que gozan, de los recursos personales con los que cuentan. Hacerles saber que son buenos en ciertos aspectos y que es bueno potenciarlo.
  4. A partir de sus potencialidades encontrar las debilidades y trabajarlas desde la humildad, sabiendo que todo aquello que uno se proponga con esfuerzo puede llegar a conseguirlo.
  5. Desarrollar su creatividad. Les hará disfrutar más de los procesos de aprendizaje.

 

Todo ello les ayudará a vivir más intensamente y a reforzar su imagen y su autoestima. Se verán capaces de conseguir pequeños retos que antes ni se habían planteado.

 

¡Todo suma!

El año pasado me propuse, muy gustosamente, cuidar y seguir, como si de Twitter se tratara, a un puñado de amigos y familia que por el mismo ritmo de vida, horarios, etc. dejas de ver y saber de ellos. Y no me refiero a todas aquellas personas que conozco, sino a las que más cerca siempre he tenido y sentido y me ha encantado tener. Aquellas que quiero que sigan a mi lado los próximos mil años que me quedan.

Me di cuenta que a algunas de estas personas, con el paso de las semanas y el mismo ritmo, se pierden cosas importantes de mi vida y yo de la suya. Cosas, historias que hubiera querido explicarles y no hice por no tenerlos cerca.

Pues bien ese fue MI propósito. Y puedo decir que lo he ido cumpliendo, con sus más y sus menos. Por supuesto, no es cosa de un año, sino de SIEMPRE. Y ahí sigo en mi cabezonería de seguir cumpliéndolo.

@Classicpics

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Conseguí dos cosas al plantearme esta cuestión: por un lado, los que quieres cerca los sientes así, cerca. Por otro lado, dejé de hacer gestos y de ‘cumplir’ con los demás. Me centré en mi top ten de personas importantes para mi. El resto han pasado al montón, sin ser algo negativo. Simplemente, prioricé. Y en ello pienso continuar.

En estas fechas de tantas reflexiones que muchas veces se quedan en eso, reflexiones, es bueno proponerse materializar alguno de esos propósitos.

BON NADAL!

El psicólogo en una sesión grupal levantó un vaso de agua y todo el mundo esperaba la típica pregunta: ¿Está medio lleno o medio vacío? Sin embargo, preguntó:

 – ¿Cuánto pesa este vaso?

Las respuestas variaron entre 200 y 250 gramos.

El psicólogo respondió: «El peso absoluto no es importante, depende de cuánto tiempo lo sostengo. Si lo sostengo 1 minuto, no es problema, si lo sostengo una hora, me dolerá el brazo, si lo sostengo 1 día, mi brazo se entumecerá y paralizará. El peso del vaso no cambia, pero cuanto más tiempo lo sujeto, más pesado, más difícil de soportar se vuelve.»

Y continuó: «Las preocupaciones son como el vaso de agua. Si piensas en ellas un rato, no pasa nada. Si piensas un poco más empiezan a doler y si piensas en ellas todo el día, acabas sintiéndote paralizado, incapaz de hacer nada.»

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Aprender a silenciar la vocecita que te recuerda constantemente tus preocupaciones es clave. Por más que la oigas no van a resolverse.

Suelta el vaso, actúa, pon remedio.

Depende de ti y de las ganas que tengas de hacerlo. El resto del tiempo disfruta de lo que hagas, con la mente tranquila, apaciguada.  

Nos ha dejado un líder. Nelson Mandela o Madiba, como se le llamaba con afecto, en referencia al máximo cargo de la tribu Thembu a la que pertenecía, murió ayer después de estar hospitalizado durante 3 meses por una grave pulmonía fruto de sus años en la cárcel. Murió luchando, tal y como vivió. Dicen que África ha quedado huérfana, que no tiene espejo donde mirarse ya. Esa es la sensación que deja a aquellas personas que lo consideraban un líder, su líder.

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Creo que todos tenemos un líder al que admiramos y escuchamos con más devoción que a los demás. Y no me refiero a un líder público, conocido, famoso…Me refiero a una persona próxima a la que nos acercamos cada vez que necesitamos consejo, paz. Yo tengo a mi propio líder. Lo escucho más allá de lo que me dice, lo observo más allá de lo que hace. Y me gusta disfrutar de él, a la vez que me horroriza pensar que un día lo perderé como África ha perdido al suyo. Por eso intento mimar esa relación, cultivarla más si cabe, seguir aprendiendo de él cada día y dejar que la naturaleza decida.

Admiración, calma, fuerza, positivismo, fe, humildad, pasión. Mi líder me transmite, entre otras cosas, todo esto.

¿Qué te transmite el tuyo?

Experimenta como un niño, trabaja como un adulto, crea como un artista.

La creatividad, el ser creativo, te impulsa a actuar de una manera muy determinada. La persona creativa cuenta con algunas de estas capacidades:

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  1. Tiene una capacidad de observación muy desarrollada. Suele ser visual y necesita que le expliques las cosas con soportes gráficos (mapas, dibujos, esquemas…).
  2. Al ser tan observadora, disfruta de momentos de soledad, de simplemente estar. Sentarse a observar el vuelo de un pájaro, a ver la gente pasar, los rasgos de una persona, sus gestos.
  3. Investiga. Es curiosa. Busca el porqué de las cosas y le interesan temas que a otros se les antojan aburridos.
  4. Suele parecer una persona caótica, pero tiene unas normas marcadas. Deja que el caos la invada, porqué considera que de él salen cosas nuevas. Para conseguir resultados diferentes tienes que dejar de hacer lo que siempre has probado.
  5. Busca en los demás opiniones, tendencias, caminos que le abran vías para crear. Le gusta compartir sus ideas para que le den feedback y conseguir avanzar.
  6. Sale de su marco de referencia. Nos han educado según unos cánones, unas creencias y no están basadas en el fomento de la creatividad, bien al contrario. Es bueno ser consciente e intentar salir de dicho marco.
  7. Pone pasión a lo que hace. La creatividad suele desarrollarse al máximo cuando lo que tienes entre manos es algo que te apasiona. Es lo que se conoce como flow en la psicología positiva.
  8. La gran premisa para desarrollar la creatividad es disfrutar y no tener miedo al fracaso. Con mis alumnos es algo que trabajo en cada actividad, a la hora de opinar sobre lo que estemos hablando, de probar vías nuevas, de buscar soluciones a problemas que les surjan. No les doy la solución. Les enseño a decidir y crear y a darse cuenta que el mayor problema si no es una buena respuesta será buscar otra solución. Tienen miedo a no responder lo correcto, pero ¿qué es lo correcto?
  9. Por último, pero no por ello menos importante:  la persona creativa se da tiempo para desarrollarse, para experimentar y permitirse ser creativo sin reprimendas ni miedos.

Seguro que conocéis este vídeo, pero creo que en un par de minutos refleja algún aspecto que habéis leído.

Cada uno de nosotros somos lo que somos por lo que hemos vivido, aprendido y nos han enseñado hasta el momento. Y actuamos en función de ello. Nuestras costumbres, aficiones, creencias nos determinan unas formas y nos sitúan en un punto desde donde la perspectiva de todo es una.

Cuando intercambias experiencias, cuando viajas a países o lugares donde la cultura, la forma de hacer, es diferente a la tuya empiezas a ver que TU manera no es LA manera.  Aquella que, posiblemente, siempre tildaste de única y/o mejor.

Y para maneras, personas.

Lo que digo es muy obvio, lo sé. Es tan obvio que olvidamos tenerlo en cuenta. Estas diferencias al valorar las cosas que en principio nos enriquecen, nos llevan en gran número de ocasiones a enfrentarnos para llegar a resaltar nuestra idea por encima de las demás. A mi parecer nos falta una gran dosis de respeto. (Según wikipedia El respeto en las relaciones interpersonales comienza en el individuo, en el reconocimiento del mismo como entidad única que necesita que se comprenda al otro. Consiste en saber valorar los intereses y necesidades de otro individuo en una reunión.)

Pero no es a este punto si no al siguiente al que quiero llegar. Las discrepancias van a existir siempre. Aprender a movernos y ponernos en el lugar del otro para entender su postura es una sana costumbre para llegar al entendimiento.
945030_575546249146524_2138674283_nAlardeamos a menudo de nuestra capacidad de aceptar opiniones, de tener una mente abierta y de no tener prejuicios, pero los tenemos. Hacemos juicios de valor constantemente con los más cercanos, somos capaces de dar nuestro veredicto sin tener en cuenta a la otra persona ni sus circunstancias.

Porqué las diferentes perspectivas no son excluyentes, sino bien al contrario. Suman. De una manera u otra nos aportan.

Existe un cuento conocido en la India que me ha parecido perfecto para esta ocasión además de haberme gustado mucho. Se conoce como ‘Los ciegos y el Elefante’

Había una vez tres sabios ciegos que vivían en un pequeño pueblo.

Sucedió que un circo llegó al pueblo y entre las cosas maravillosas que llegaron con el circo, venía un gran elefante blanco. Y era tan extraordinario este animal que toda la gente no hacía más que hablar de él.

Los tres sabios que eran ciegos quisieron también conocer al elefante. Se hicieron conducir hasta el lugar donde estaba y pidieron permiso para poder tocarlo. Como el animal era muy manso, no hubo ningún inconveniente para que lo hicieran.

El primero de los tres estiró sus manos y tocó a la bestia en la cabeza. Sintió bajo sus dedos las enormes orejas y luego los dos tremendos colmillos de marfil que sobresalían de la pequeña boca. Quedó tan admirado de lo que había conocido que inmediatamente fue a contarles a los otros dos lo que había aprendido. Les dijo:

– El elefante es como un tronco, cubierto a ambos lados por dos frazadas, y del cual salen dos grandes lanzas frías y duras.

Pero resulta que cuando le tocó el turno al segundo sabio, sus manos tocaron al animal en la panza. Trataron de rodear su cuerpo, pero éste era tan alto que no alcanzaba a abarcarlo con los dos brazos abiertos. Luego de mucho palpar, decidió también él contar lo que había aprendido. Les dijo:

– El elefante se parece a un tambor colocado sobre cuatro gruesas patas, y está forrado de cuero con pelo para afuera.

Entonces fue el tercer sabio, y agarró el animal justo por la cola. se colgó de ella y comenzó a hamacarse como hacen los chicos con una soga. Como esto le gustaba a la bestia, estuvo largo rato divirtiéndose en medio de la risa de todos. Cuando dejó el juego, comentaba lo que sabía. También él dijo:

– Yo sé muy bien lo que es un elefante. Es una cuerda fuerte y gruesa, que tiene un pincel en la punta. Sirve para hamacarse.

Resulta que cuando volvieron a casa y comenzaron a charlar entre ellos lo que habían descubierto sobre el elefante no se podían poner de acuerdo. Cada uno estaba plenamente seguro de lo que conocía. Y además tenía la certeza de que sólo había un elefante y de que los tres estaban hablando de lo mismo, pero lo que decían parecía imposible de concordar. Tanto charlaron y discutieron que casi se pelearon.

Pero al fin de cuentas, como eran los tres muy sabios, decidieron hacerse ayudar, y fueron a preguntar a otro sabio que había tenido la oportunidad de ver al elefante con sus propios ojos.

Y entonces descubrieron que cada uno de ellos tenía razón. Una parte de la razón. Pero que conocían del elefante solamente la parte que habían tocado. Y le creyeron al que lo había visto y les hablaba del elefante entero. 

 

UnknownEste post va a ser muy corto y directo. No quiero darle demasiadas vueltas a una idea que creo que no necesita demasiadas explicaciones.

Qué manía tenemos los adultos de valorar constantemente lo capaz o no que es un menor en diferentes tareas. ’No se le dan bien las matemáticas’…..’Es un vago’…..’Es más de letras’…..’es patoso, los deportes nunca fueron su fuerte’…..’no te lo dirá, es muy vergonzoso’… ¡Cambia la intencionalidad de la frase, esta destruye. Intenta que aporte y construya! Por ejemplo, resaltando algo positivo de la generalización que harías: ¡se te da bien el cálculo!

¡¡Nuestros comentarios limitan!!

Creo que con perseverancia todos somos capaces de conseguir aquello que nos propongamos, lo que sea. Es obvio que algunos lo conseguirán con rapidez y otros, en cambio, necesiten más tiempo. Seguramente necesiten otras herramientas, otros recursos. ¡Pero lo conseguirán!. Hacerle creer a alguien que no es válido en algo hace que tome la actitud de no intentarlo. La más cómoda a mi parecer.

¡Les hacemos un flaco favor valorando gratuitamente sus capacidades! Aprenden a ser incapaces. 

Leyendo uno de los blogs que sigo, Diari de Washington, he conocido la campaña publicitaria I’m A Girl que ha lanzado la ciudad de Nueva York. Dicha campaña va destinada a las preadolescentes para las que la imagen empieza a ser importante y cuyos referentes no son siempre los más adecuados.

oh girls, just we wanna have fun

 

En ella promueven una actitud positiva, de aceptación de una misma, utilizando eslóganes como ‘I’m beautity the way I am’ (Soy guapa tal y como soy) o resaltando las propias cualidades ‘I’m a leader, adventurous, outgoing, sporty, unique, smart and strong’ (Yo soy una líder, aventurera, extrovertida, deportista, única, inteligente y fuerte). Todo ello con el fin de mejorar la autoestima de las chicas, la falta de la cual es la raíz de muchos problemas en la etapa posterior, la adolescencia.

La imagen para ellos es vital, primordial, la carta de presentación ante el grupo social, la manera de hacerse un hueco en su mundo o de ser rechazado por no tener el canon considerado ‘normal’. Es necesaria una fuerte personalidad para pensar y actuar con coherencia y saber defender los valores en los que uno cree y se siente cómodo. A la vez, quieren sentirte parte de ese clan social, porque es el suyo.

Me encanta la campaña promovida por Mikel R. Bloomberg, alcalde de la ciudad. Es un paso para sensibilizar a la sociedad y dar a conocer la necesidad de tratar el tema con más cariño y diligencia.  Aunque considero que es insuficiente si no se desarrolla un programa de trabajo en colegios e institutos para conseguir llegar a los más interesados, los adolescentes. Trabajar con ellos, escucharles, darles voz y apoyo, herramientas, ayudas, interés en entenderles y estirarles a ser más críticos con ellos mismos y con los demás. Ser resolutivos y líderes en su ambiente. Conseguir que sientan seguridad.

Conseguir que una mañana despierten y decidan quererse, porqué saben cómo hacerlo.

El coaching promueve este trabajo con adolescentes y los resultados son muy positivos. Debería estar integrado en cada asignatura, trabajo, proyecto del instituto. No lo concibo como un anexo al trabajo diario, sino como parte inseparable del trato con ellos.

Os dejo el link de la campaña de Nueva York por si queréis curiosear.

http://www.nyc.gov/html/girls/html/home/home.shtml

La virtud de la humildad es uno de los motores que mueve el conocimiento. Y lo considero así porqué reconocer que no sabes de algo te abre la mente y los sentidos a escuchar nuevas opiniones, explicaciones, puntos de vista. Te sitúa en un espacio de ‘ignorancia’ que representa un enriquecimiento de lo ya sabido o vivido.

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La necesidad de ser geniales y tener el reconocimiento social es buscado por todos de alguna manera u otra. Las cosas las hacemos para conseguir un fin, entre otros, que se nos reconozca buenos en ello. Por supuesto no siempre, pero en un gran número de ocasiones. Es una cuestión de autoestima. Querer demostrar nuestra valía. ‘Quedar mejor’ que los demás con la exposición de nuestros amplios conocimientos y demostrar nuestra adquirida práctica.

Reconocer que de todo no sabemos es el primer paso para permitirnos escuchar a los demás y aprender, seguir descubriendo nuevas opciones, diferentes puntos de vista. Enriquecernos al fin y al cabo.

A menudo me digo a mi misma que lo que ya sé nadie me lo arrebatará. Lo que me aportan los demás depende únicamente de mi y de mi humildad al escuchar.

Pensad en la actitud que adopta un niño cuando pregunta a los mayores. La humildad con la que escucha sobre un tema nuevo para él. ¡Esa es la actitud!

Párate a valorarlo. Ganas más, pierdes menos.